Lo mismo, decido sacar primero a Dos Sangres a ver si hay suerte mañanera, na de na! Los estorninos q consigo encontrar permanecen en distancias o en situaciones nada factibles, tras un largo rato anfractuoso y cuando estaba hablando con el manos libres con un amigo cetrero xfin la aparición, ummmmm esos dorsos brillantes al sol sobre el manto verde….una pareja de estorninos negros comiendo en….como lo explicaría…digamos q una isla en medio de….lo q mas asustaría a un ave de presa??...me disculpo con mi amigo y le digo q tengo q colgar, q me la tengo q jugar xq la pájara los ha visto, se está debatiendo sin parar y es lo única oportunidad de la mañana. Allá q voy, doy una vuelta, se los enseño, la achucho, vuelvo a pasar y paro, espero el momento q no llega, hasta q x fin hay un pekeño remanso. Los tordos picotean cegados en el verde a unos 20 m. lanzo al falco q da alas directamente hacia ellos, cuando compruebo q les llega tengo q volver la vista unos segundos para no matarme, cuando vuelvo la cabeza veo q D. S ha fallado y busca una atalaya, las urracas y los estorninos graznan y allí nadie se ha enterado de nada…no se si le han kebrado en el suelo, si ella no los ha kerido trabar en el mismo o que…el caso es q no hemos vuelto a tener una oportunidad.
La he llevado a un descampado cercano y allí ha cumplido con los ejercicios, de aprox. una treintena de stoops creo se ha posado dos veces, de repente de 2 dias a esta parte se nota q esta mas fuerte y esta cogiendo altura técnica en las pasadas al señuelo. Algo es algo.
Al volver a casa un pichoncito muerto de hambre comiendo lo q puede junto al portal, veo q esta más pendiente de comer q de mi, echo un vistazo calle arriba y calle abajo, no hay moros en la costa, dejo la caja transporte, la alcándara y acorralo a la paloma contra el muro, la atrapo y la subo a casa y la dejo comiendo como una loca en la pajarera, lo sé, soy un buen samaritano…jajajaja animalito de Dios…
Hace un rato he pintado de negro una codorniz de granja x si mañana no captura nada…
y posándose en unos depósitos de una nave cercana, menos mal q tenia una escalera y ascendi rapido sin permitirla ni un segundo q provara bocado. Correteando me esquivaba una y otra vez hasta q paro justo en el perfil del depósito lista para un nuevo salto de kizas otro tanto centenar de metros, sorprendentemente me dio una pekeña tregua, me moleste en enseñarla el presente q traía pero sinceramente creo q no le prestaba demasiada atención, cada vez q agachaba la cabeza aprovechaba para acercarme más. La hable, ella permanecía aplastada protegiendo su codiciada presa pero finalmente no intento saltar al vacío, como digo a pesar de estar en el mismo borde del abismo… 
y x fin la pude pisar con mis dedos la pihuela a la vez q la introducía x debajo de las ajas el pedazo de codorniz –ahora si, a comer sobre la mesa-