Diario de un novato
Re: Diario de un novato
Jacobo, es cierto eso que dices, yo me baso en que querra cazar, y para Julio la veda del conejo estara abierta, lo cierto es que si la quiere mudar entera que se espere hasta septiembre con la pajara encerradita. Yo esque si esta bien de pluma me da igual que este a dos colores, la saco a cazar y ya esta, ya terminara de mudar el año que viene jejeje.
Un abrazo monstruo!
Un abrazo monstruo!
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Re: Diario de un novato
Esta claro por la descripción que la pluma rota era del año pasado porque no había ni rastro de sangre y la caña estaba como reseca...
A ver si os mando una foto actualizada para que veais a mi curra!!
Gracias a todos por vuestros comentarios. hugo.
A ver si os mando una foto actualizada para que veais a mi curra!!
Gracias a todos por vuestros comentarios. hugo.
Hugo
- luvi
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Re: Diario de un novato
Te animo ha seguir con este diario que esta muy interesante y seguro que muchos de nosotros aprenderemos
tanto de tus errores como de tus aciertos.
un saludo
Luisma
tanto de tus errores como de tus aciertos.
un saludo
Luisma
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Re: Diario de un novato
Te felicito por tu diario,que tiene verdaderas cualidades literarias.Es muy dificil encontrar en este foro a gente con esa facilidad para escribir,por eso aunque no está terminado ,te animo a presentarlo al concurso literario de esta web,creo que tienes posibiliades de ganarlo.




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Re: Diario de un novato
Gracias a todos por el ánimo transmitido. Cuesta encontrar tiempo para seguir pero lo intentamos…
Como os iba contando, el viaje se acercaba. No teníamos ninguna experiencia, ni el equipo necesario (escasez de presupuesto y demasiado manazas para hacerlo) y no quedaba más remedio que encarar el tema con los recursos existentes e ir a por ello. Dos opciones: transportín tipo perro en el que había venido o percha….
Después de considerar las alternativas decidimos, unos días antes del gran viaje, hacer una prueba con el transportín. ¿No había venido sin problemas de Murcia a Madrid? Nos preparamos para la prueba.
Cogimos a Curra en el puño y dimos un pequeño paseo, cuestión de relajarla. Luego nos enfocamos hacia el transportín que tenía la puerta abierta. Que pequeña parecía y ¡ además se iba estrechando a mediada que nos acercábamos!!!
¡¡Pero si por ahí no puede caber!!
Sin mucha convicción pero con mucho cuidado intentamos meter a Curra. Al ver el agujero oscuro, Curra se debatió negándose a entrar por ahí.
¡Ya me parecía a mi que esto no iba a ser tan fácil!
Nos rascamos algo el “cabolo” (como dice mi hijo Javier) y decidimos aplicar una modificación a nuestro planteamiento: desmontar el transportin en dos para luego poner la parte superior una vez que Curra estuviera posada en la parte inferior. ¡Manos a la obra!
La experiencia no tardo en dar sus resultados … negativos. Curra en vez de quedarse en el suelo del transportin se tiraba a los bordes viendo en ellos una percha salvadora, mucho más amplia. Intentamos poner una especie de percha en el fondo pero nada casaba, ni tenía la estabilidad suficiente. Tras un par de intentos, decidimos dejarlo para otro día y darle una nueva pensada.
Llegamos a la conclusión que cuando menos mareáramos a Curra mejor. La opción de la percha era la mejor aunque no fuera la más eficiente para el viaje. De nuevo se imponía una prueba con un desplazamiento corto incluido. El coche que tengo es un coche familiar con portón trasero. Por lo tanto con un amplio maletero con vistas panorámicas. Lo cubrí con una vieja sábana (cuestión de protegerlo de las proyecciones) y colocamos la percha en medio.
Fuimos a buscar a Curra, paseo en el puño por el jardín y aproximación al coche. Tengo que decir que otra vez tuve la sensación que el portón del maletero se encogía a medida que nos acercábamos pero la sensación se difumino rápidamente. La dejamos en su percha quedándose tranquila, sin rechistar. Cerramos el portón con una suavidad jamas vista y arrancamos el coche con Rocio vigilando de cerca para dar un corto paseo por los alrededores de nuestra casa. Primero con mucho cuidado sufriendo en cada irrgularidad de la calle, luego un poco menos tensos y preocupados viendo lo bien que iba Curra en su “butaca”. Al final, con más soltura. Volvimos a casa satisfechos con la prueba. Al abrir el maletero, Curra salto de la percha hacia otro sitio en el maletero (susto) pero rápidamente las aguas volvieron a su cauce.
Ya teníamos forma de transporte, ahora que Curra, la nueva reina de la casa, ocupaba la mitad del maletero había que ir preparando a la familia para que llevara en sus pies el equipaje…..
La negociación fue fácil, mi mujer tiene una santa paciencia conmigo y a mis hijos les emocionaba el llevarnos a Curra. Además, flotaba en el aire el sueño de que Curra volara en medio del campo. Nadie lo mentaba, como si fuera un tema tabú pero todos teníamos nuestros sueños, lo anhelábamos aún sabiendo yo que era imposible. Que difícil a pesar de los años ser racional: tu cerebro lucha en una continua batalla entre los dos mundos. La verdad es que eso de empezar en época de muda con un adulto hace que no puedas hacer casi nada con el pájaro, complica las cosas y te obliga a armarte de paciencia.
Finalmente llego el día D.
Curra fue colocada en su butacón de clase Business tras intentar aprovechar lo mejor posible los huecos que dejaba a su alrededor y en un lateral. Aún así ocupaba una buena mitad del maletero. Sobre su percha, se veía a través del portón y de las ventanillas laterales ¾ partes de Curra. Ella por su parte observaba con interés y absoluta tranquilidad el paisaje que ya volaba a 120 km por hora.
Durante todo el viaje fuimos para felicidad de mis hijos una atracción ambulante. Los coches que nos adelantaban reducían la velocidad para ver un rato más a Curra o se quedaban detrás de nosotros. A los que adelantábamos, los veíamos acelerar un poco para observar el extraño pasajero que llevábamos. Casi empezaba a preocuparme de la distracción que provocábamos (saludos, miradas, sonrisas, …). A ver si con tanta fiesta nos vamos a dar un golpe!!
Sin embargo, llegamos sanos y salvo, los niños encantados y Curra relajada y feliz!! Un viaje inolvidable.
La Mancha, tierra generosa e ingrata según la estación del año, nos ofrecía una de sus mejores caras: la primavera. Algo de rocío por la mañana, fuerza y verdor por doquier, una temperatura ideal. En mi opinión el otoño le va a la par, pero con una cara algo más dura como anticipando la dureza del invierno.
¡¡Chicos a descargar!! Curra ni se inmuto al abrir esta vez el portón. Por cierto, de nuevo en un ambiente cerrado como el maletero, Curra se mostraba más comoda....
Nos esperaba un fin de semana de campo a lo grande.
Como os iba contando, el viaje se acercaba. No teníamos ninguna experiencia, ni el equipo necesario (escasez de presupuesto y demasiado manazas para hacerlo) y no quedaba más remedio que encarar el tema con los recursos existentes e ir a por ello. Dos opciones: transportín tipo perro en el que había venido o percha….
Después de considerar las alternativas decidimos, unos días antes del gran viaje, hacer una prueba con el transportín. ¿No había venido sin problemas de Murcia a Madrid? Nos preparamos para la prueba.
Cogimos a Curra en el puño y dimos un pequeño paseo, cuestión de relajarla. Luego nos enfocamos hacia el transportín que tenía la puerta abierta. Que pequeña parecía y ¡ además se iba estrechando a mediada que nos acercábamos!!!
¡¡Pero si por ahí no puede caber!!
Sin mucha convicción pero con mucho cuidado intentamos meter a Curra. Al ver el agujero oscuro, Curra se debatió negándose a entrar por ahí.
¡Ya me parecía a mi que esto no iba a ser tan fácil!
Nos rascamos algo el “cabolo” (como dice mi hijo Javier) y decidimos aplicar una modificación a nuestro planteamiento: desmontar el transportin en dos para luego poner la parte superior una vez que Curra estuviera posada en la parte inferior. ¡Manos a la obra!
La experiencia no tardo en dar sus resultados … negativos. Curra en vez de quedarse en el suelo del transportin se tiraba a los bordes viendo en ellos una percha salvadora, mucho más amplia. Intentamos poner una especie de percha en el fondo pero nada casaba, ni tenía la estabilidad suficiente. Tras un par de intentos, decidimos dejarlo para otro día y darle una nueva pensada.
Llegamos a la conclusión que cuando menos mareáramos a Curra mejor. La opción de la percha era la mejor aunque no fuera la más eficiente para el viaje. De nuevo se imponía una prueba con un desplazamiento corto incluido. El coche que tengo es un coche familiar con portón trasero. Por lo tanto con un amplio maletero con vistas panorámicas. Lo cubrí con una vieja sábana (cuestión de protegerlo de las proyecciones) y colocamos la percha en medio.
Fuimos a buscar a Curra, paseo en el puño por el jardín y aproximación al coche. Tengo que decir que otra vez tuve la sensación que el portón del maletero se encogía a medida que nos acercábamos pero la sensación se difumino rápidamente. La dejamos en su percha quedándose tranquila, sin rechistar. Cerramos el portón con una suavidad jamas vista y arrancamos el coche con Rocio vigilando de cerca para dar un corto paseo por los alrededores de nuestra casa. Primero con mucho cuidado sufriendo en cada irrgularidad de la calle, luego un poco menos tensos y preocupados viendo lo bien que iba Curra en su “butaca”. Al final, con más soltura. Volvimos a casa satisfechos con la prueba. Al abrir el maletero, Curra salto de la percha hacia otro sitio en el maletero (susto) pero rápidamente las aguas volvieron a su cauce.
Ya teníamos forma de transporte, ahora que Curra, la nueva reina de la casa, ocupaba la mitad del maletero había que ir preparando a la familia para que llevara en sus pies el equipaje…..
La negociación fue fácil, mi mujer tiene una santa paciencia conmigo y a mis hijos les emocionaba el llevarnos a Curra. Además, flotaba en el aire el sueño de que Curra volara en medio del campo. Nadie lo mentaba, como si fuera un tema tabú pero todos teníamos nuestros sueños, lo anhelábamos aún sabiendo yo que era imposible. Que difícil a pesar de los años ser racional: tu cerebro lucha en una continua batalla entre los dos mundos. La verdad es que eso de empezar en época de muda con un adulto hace que no puedas hacer casi nada con el pájaro, complica las cosas y te obliga a armarte de paciencia.
Finalmente llego el día D.
Curra fue colocada en su butacón de clase Business tras intentar aprovechar lo mejor posible los huecos que dejaba a su alrededor y en un lateral. Aún así ocupaba una buena mitad del maletero. Sobre su percha, se veía a través del portón y de las ventanillas laterales ¾ partes de Curra. Ella por su parte observaba con interés y absoluta tranquilidad el paisaje que ya volaba a 120 km por hora.
Durante todo el viaje fuimos para felicidad de mis hijos una atracción ambulante. Los coches que nos adelantaban reducían la velocidad para ver un rato más a Curra o se quedaban detrás de nosotros. A los que adelantábamos, los veíamos acelerar un poco para observar el extraño pasajero que llevábamos. Casi empezaba a preocuparme de la distracción que provocábamos (saludos, miradas, sonrisas, …). A ver si con tanta fiesta nos vamos a dar un golpe!!
Sin embargo, llegamos sanos y salvo, los niños encantados y Curra relajada y feliz!! Un viaje inolvidable.
La Mancha, tierra generosa e ingrata según la estación del año, nos ofrecía una de sus mejores caras: la primavera. Algo de rocío por la mañana, fuerza y verdor por doquier, una temperatura ideal. En mi opinión el otoño le va a la par, pero con una cara algo más dura como anticipando la dureza del invierno.
¡¡Chicos a descargar!! Curra ni se inmuto al abrir esta vez el portón. Por cierto, de nuevo en un ambiente cerrado como el maletero, Curra se mostraba más comoda....
Nos esperaba un fin de semana de campo a lo grande.
Hugo
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Re: Diario de un novato
Bueno a ver si puedo retomar el contaros mis experiencias con mi Harris.
La verdad es que desde mis primeros balbuceos con Curra he conseguido dar un salto espectacular aunque sigo con dudas y temores como novato que soy. Cada día es una clase o más bien un examen para mi.
Para empezar comentaros que decidí sacarla paulativamente de la muda reduciéndole el peso. El proceso duró casi 3 semanas porque decidí hacerlo muy poco a poco. Aún estaba mudando y tenía alguna pluma a medio crecer especialmente de la cola (y aún sigue así porque aunque sigue creciendo lo hace más lentamente). El proceso de reducción del peso empezo hacia el 10 de julio.
A partir de esa fecha comía todos los días a base de picaditas hechos con saltos desde su percha al guante en distancias pequeñas puesto que seguía atada con la lonja.
Su comportamiento era bueno aunque algunos días un poco arrisca cuando te acercabas, se pasaba a suavidad al poco rato. También aumentamos el contacto directo con la mano con caricias en garras, pecho y pico.
Uno de los objetivos era también muscularla por lo que empezé a hacer verticales con ella. La verdad es que entraba en el juego pero se cansaba rápidamente y se aburría con facilidad y en cuanto empezaba a alternar picadita si o no de forma aleatoria su interés caía muy rapidamente... De todas formas, según los días conseguía entre 15 y 40 verticales, no consiguiendo pasar de allí (desde que la vuelo he parado de hacer verticales). Una cosa que vi es que si de verdad te pones en su verticalidad (encima suyo literalemente) necesita mucha mas motivación que si te pones ligeramente en frente de ella por el incremento de la dificultad física y quizas sicológica. La verdad es que estaba en muy baja forma física y ahora que esta mucho más fuerte voy a probar de nuevo a ver si consigo que haga más.
Como la evolución era buena a primeros de agosto decidimos incrementar la longitud de los saltos al darle de comer. Como estaba muy condicionada por la repetición de los ejercicios, decidimos soltarla pero dejándole la lonja y aumentar poco a poco la distancia. Un poco ariesgado respecto a usar un fiador pero nos pareció razonable por lo bien que respondía al puño.
Estábamos en el jardín rodeados de diversos arboles. El ejercicio era que Curra fuera del puño de una persona al de la otra y luego al reves con picadas al principio en el guante y luego solo de forma aleatoria. Al principio todo fue bien y fuimos incrementando las distancias. Cada día empezabamos con saltos cortos (para asegurar la rutina) y acabábamos en una distancia mayor. De pronto, en uno de los vuelos decidió posarse en un arbol en vez de ir al puño... Susto! tras insistir, acabo bajando al puño pero nos costo.
Tengo que decir que los ejercicios los estaban haciendo tanto mis hijos como yo por lo que Curra no esta tan marcada por el vínculo de una persona. Al principio tiene sus inconvenientes pero a la larga creo que, cuando estas en familia, el tener el aguila acostumbrada a todos es una gran ventaja (además con un solo pájaro le metes el gusanillo a 3 posibles cetreros más!!!).
Tras este sustillo acortamos de nuevo las distancias y todos nos fuimos a descansar.
Al día siguiente, nos volvió a pasar lo mismo (es increible como se crean pautas y si no cortas rápido se arraigan las malas costumbres). Aunque desde esa posición volvió muy rápido al puño dejándonos tranquilos. Seguimos con los ejercicios pero el águila empezo a volverse más errática volando tan pronto al puño como a un arbol cercano. En vez de parar el ejercio cometimos el error de seguir y de pronto se salió del jardín y se fue a un gran arbol que había fuera. Pánico!!!!!
No nos habíamos fijado que era un día con fuerte viento por lo que las ramas se movían bastante haciéndo incomodo su posadero. Fuimos para allí corriendo y tras un buen rato de intentar bajarla (incluido poner picadas visibles en el guante) muy preocupados fuimos a por un señuelo para ver si la hacía reaccionar.
Desde su atalaya no nos hizo ni caso y tras media hora decidio apoyarse en el viento y desaparecer de nuestra vista. Salí corriendo tras ella hacia donde la había perdido de vista y me la encontré en el tejado de otra casa... Uff respiraba de nuevo un poco... Llame a la casa y la pobre dueña más asustada, por si era una nueva forma de timo, que tranquila por la historia que le conté me dejo entrar en su casa muy amablemente... pero cuando llegué a la ventana que me permitía atrapar la lonja, Curra oyo un ruido y salió volando sin que yo pudiera ver hacia donde. Como ospodéis imaginar se me cayo el alma a los pies...
Tras dar las gracias empecé a buscarla en los alrededores sin exito. En bici, en coche o a pie toda la familia se puso a buscarla sin exito. Ese día volaban por la zona 7 milanos (una familia que había criado cerca y estaba aprendiendo a cazar). Los observabamos por si su comportamiento nos daba alguna pista, nos acercábamos a cualquier sitio donde oíamos las urracas cantar,... pero nada de nada.
Además curra no llevaba cascabeles por lo que no podíamos oirla, solo verla, dificultando mucho la busqueda. ¡gran error!! Es increible lo útil que pueden ser esas pequeñas bolitas!! Son imprescindibles!!
Finalmente decidí suspender la busqueda para evitar que si nos acercábamos saliera de nuevo volando y decidí que para final de la tarde podría tener algo más de hambre y ser más receptiva a nuestras llamadas.
Así, por la tarde empezamos de nuevo nuestra busqueda dejando la zona más expuesta a perderla de vista si volaba para el final. Cuando dimos por imposible las otras zonas fuimos para allí (pradera con al final un acantilado boscoso por definirlo de alguna manera). Y sorpresa !! nos la encontramos posada el prado cerca de una cerca electrificada (un sólo hilo). Nos acercamos lo más posible con toda suavidad y a unos 15 metros la llamamos. Empezo a dar unos saltidos en el suelo hacia nosotros como si pensara que no estaba libre y finalmente volo ha nuestro puño. Puff que alegría y tranquilidad. Volvimos pletóricos a casa!!
Probablemente al volar se tropezara la lonja en el alambre y ella penso que estaba atada.
Conclusión de la lección:
* curra estaba alta de peso para volarla sin fiador
* fijarse en el comportamiento, y ante el más minimo síntoma parar que más vale una retirada a tiempo que perder tu pájaro
* poner los cascabeles si la vas a soltar que nunca se sabe si los vas a necesitar
* mucho cuidado con los días de fuerte vientos, se multiplica la distancia a la que puede irse sin hacer el más minimo esfuerzo....
Después de esta experiencia estuvimos volando a Curra con fiador lo que es mucho más seguro pero también mucho más complicado a la hora de incrementar distancias porque cualquier irregularidad produceía pequeños tirones. Esto permitió volarla con tranquilidad y al pasar los días fue bajando algo más de peso.
Finalmente llego la hora de volarla totalmente libre. Otra vez utilice el jardín. La experiencia fue increiblemente gratificante. Al llamarla volvía con rapidez. Cogió la costumbre de subir al dejado de la casa (lo que le obligaba a un esfuerzo para luego planear desde allí hasta el puño. Todo fue bien los primeros días y hasta escondiendome detras de alguna planta volaba hacia quien la llamara!! genial.
Desgraciadamente al tercer día sufrió un percance. En uno de sus vuelos hacia el tejado de la casa cambio de opinión y se dirigió hacia una de las ventanas estampandose contra ella. Que la motivo al cambio no lo sabemos. A Curra no le paso casi nada salvo el susto y seguro que un buen dolor de cabeza pero a nosotros se nos encogió el corazón.
Así que decidimos buscar un sitio donde volarla que tuviera pendiente y fuera tranquilo. Encontramos un prado con estas características y allí nos fuimos!! Empezamos como siempre volandola de una persona a otra y alejándonos paulativamente. A la segunda vez que tuvo que hacer el esfuerzo de subir vimos que se posaba en la hierba jadeando. Me sorprendió la baja forma ya que pensaba que su puesta en forma sería más rápida.
En los días siguientes decidimos probar su reacción al señuelo. la primera vez fue como una máquina. Se abalanzo hacia él y cuando llegaba lo lance hacia hacia arriba cogiéndole con fuerza. En los días siguientes realice otras veces el ejercicio como otra forma de volarla para que hiciera ejercicio pero noté que la fuerza y el interés decaía por lo que he parado de usarlo. Supongo que estoy haciendo algo mal y tengo que revisar el tema para volver a probarlo porque creo que puede ser un bonito ejercicio para el Harris y para el cetrero.
De momento la estoy volándo únicamente y la verdad es que ha mejorado de forma importante su capacidad de vuelo y su resistencia. Ya os comentaré otro día mis últimas experiencias!!
Un saludo a todos y para los que empecéis o pensáis empezar os recomiendo esta maravillosa experiencia!!
La verdad es que desde mis primeros balbuceos con Curra he conseguido dar un salto espectacular aunque sigo con dudas y temores como novato que soy. Cada día es una clase o más bien un examen para mi.
Para empezar comentaros que decidí sacarla paulativamente de la muda reduciéndole el peso. El proceso duró casi 3 semanas porque decidí hacerlo muy poco a poco. Aún estaba mudando y tenía alguna pluma a medio crecer especialmente de la cola (y aún sigue así porque aunque sigue creciendo lo hace más lentamente). El proceso de reducción del peso empezo hacia el 10 de julio.
A partir de esa fecha comía todos los días a base de picaditas hechos con saltos desde su percha al guante en distancias pequeñas puesto que seguía atada con la lonja.
Su comportamiento era bueno aunque algunos días un poco arrisca cuando te acercabas, se pasaba a suavidad al poco rato. También aumentamos el contacto directo con la mano con caricias en garras, pecho y pico.
Uno de los objetivos era también muscularla por lo que empezé a hacer verticales con ella. La verdad es que entraba en el juego pero se cansaba rápidamente y se aburría con facilidad y en cuanto empezaba a alternar picadita si o no de forma aleatoria su interés caía muy rapidamente... De todas formas, según los días conseguía entre 15 y 40 verticales, no consiguiendo pasar de allí (desde que la vuelo he parado de hacer verticales). Una cosa que vi es que si de verdad te pones en su verticalidad (encima suyo literalemente) necesita mucha mas motivación que si te pones ligeramente en frente de ella por el incremento de la dificultad física y quizas sicológica. La verdad es que estaba en muy baja forma física y ahora que esta mucho más fuerte voy a probar de nuevo a ver si consigo que haga más.
Como la evolución era buena a primeros de agosto decidimos incrementar la longitud de los saltos al darle de comer. Como estaba muy condicionada por la repetición de los ejercicios, decidimos soltarla pero dejándole la lonja y aumentar poco a poco la distancia. Un poco ariesgado respecto a usar un fiador pero nos pareció razonable por lo bien que respondía al puño.
Estábamos en el jardín rodeados de diversos arboles. El ejercicio era que Curra fuera del puño de una persona al de la otra y luego al reves con picadas al principio en el guante y luego solo de forma aleatoria. Al principio todo fue bien y fuimos incrementando las distancias. Cada día empezabamos con saltos cortos (para asegurar la rutina) y acabábamos en una distancia mayor. De pronto, en uno de los vuelos decidió posarse en un arbol en vez de ir al puño... Susto! tras insistir, acabo bajando al puño pero nos costo.
Tengo que decir que los ejercicios los estaban haciendo tanto mis hijos como yo por lo que Curra no esta tan marcada por el vínculo de una persona. Al principio tiene sus inconvenientes pero a la larga creo que, cuando estas en familia, el tener el aguila acostumbrada a todos es una gran ventaja (además con un solo pájaro le metes el gusanillo a 3 posibles cetreros más!!!).
Tras este sustillo acortamos de nuevo las distancias y todos nos fuimos a descansar.
Al día siguiente, nos volvió a pasar lo mismo (es increible como se crean pautas y si no cortas rápido se arraigan las malas costumbres). Aunque desde esa posición volvió muy rápido al puño dejándonos tranquilos. Seguimos con los ejercicios pero el águila empezo a volverse más errática volando tan pronto al puño como a un arbol cercano. En vez de parar el ejercio cometimos el error de seguir y de pronto se salió del jardín y se fue a un gran arbol que había fuera. Pánico!!!!!
No nos habíamos fijado que era un día con fuerte viento por lo que las ramas se movían bastante haciéndo incomodo su posadero. Fuimos para allí corriendo y tras un buen rato de intentar bajarla (incluido poner picadas visibles en el guante) muy preocupados fuimos a por un señuelo para ver si la hacía reaccionar.
Desde su atalaya no nos hizo ni caso y tras media hora decidio apoyarse en el viento y desaparecer de nuestra vista. Salí corriendo tras ella hacia donde la había perdido de vista y me la encontré en el tejado de otra casa... Uff respiraba de nuevo un poco... Llame a la casa y la pobre dueña más asustada, por si era una nueva forma de timo, que tranquila por la historia que le conté me dejo entrar en su casa muy amablemente... pero cuando llegué a la ventana que me permitía atrapar la lonja, Curra oyo un ruido y salió volando sin que yo pudiera ver hacia donde. Como ospodéis imaginar se me cayo el alma a los pies...
Tras dar las gracias empecé a buscarla en los alrededores sin exito. En bici, en coche o a pie toda la familia se puso a buscarla sin exito. Ese día volaban por la zona 7 milanos (una familia que había criado cerca y estaba aprendiendo a cazar). Los observabamos por si su comportamiento nos daba alguna pista, nos acercábamos a cualquier sitio donde oíamos las urracas cantar,... pero nada de nada.
Además curra no llevaba cascabeles por lo que no podíamos oirla, solo verla, dificultando mucho la busqueda. ¡gran error!! Es increible lo útil que pueden ser esas pequeñas bolitas!! Son imprescindibles!!
Finalmente decidí suspender la busqueda para evitar que si nos acercábamos saliera de nuevo volando y decidí que para final de la tarde podría tener algo más de hambre y ser más receptiva a nuestras llamadas.
Así, por la tarde empezamos de nuevo nuestra busqueda dejando la zona más expuesta a perderla de vista si volaba para el final. Cuando dimos por imposible las otras zonas fuimos para allí (pradera con al final un acantilado boscoso por definirlo de alguna manera). Y sorpresa !! nos la encontramos posada el prado cerca de una cerca electrificada (un sólo hilo). Nos acercamos lo más posible con toda suavidad y a unos 15 metros la llamamos. Empezo a dar unos saltidos en el suelo hacia nosotros como si pensara que no estaba libre y finalmente volo ha nuestro puño. Puff que alegría y tranquilidad. Volvimos pletóricos a casa!!
Probablemente al volar se tropezara la lonja en el alambre y ella penso que estaba atada.
Conclusión de la lección:
* curra estaba alta de peso para volarla sin fiador
* fijarse en el comportamiento, y ante el más minimo síntoma parar que más vale una retirada a tiempo que perder tu pájaro
* poner los cascabeles si la vas a soltar que nunca se sabe si los vas a necesitar
* mucho cuidado con los días de fuerte vientos, se multiplica la distancia a la que puede irse sin hacer el más minimo esfuerzo....
Después de esta experiencia estuvimos volando a Curra con fiador lo que es mucho más seguro pero también mucho más complicado a la hora de incrementar distancias porque cualquier irregularidad produceía pequeños tirones. Esto permitió volarla con tranquilidad y al pasar los días fue bajando algo más de peso.
Finalmente llego la hora de volarla totalmente libre. Otra vez utilice el jardín. La experiencia fue increiblemente gratificante. Al llamarla volvía con rapidez. Cogió la costumbre de subir al dejado de la casa (lo que le obligaba a un esfuerzo para luego planear desde allí hasta el puño. Todo fue bien los primeros días y hasta escondiendome detras de alguna planta volaba hacia quien la llamara!! genial.
Desgraciadamente al tercer día sufrió un percance. En uno de sus vuelos hacia el tejado de la casa cambio de opinión y se dirigió hacia una de las ventanas estampandose contra ella. Que la motivo al cambio no lo sabemos. A Curra no le paso casi nada salvo el susto y seguro que un buen dolor de cabeza pero a nosotros se nos encogió el corazón.
Así que decidimos buscar un sitio donde volarla que tuviera pendiente y fuera tranquilo. Encontramos un prado con estas características y allí nos fuimos!! Empezamos como siempre volandola de una persona a otra y alejándonos paulativamente. A la segunda vez que tuvo que hacer el esfuerzo de subir vimos que se posaba en la hierba jadeando. Me sorprendió la baja forma ya que pensaba que su puesta en forma sería más rápida.
En los días siguientes decidimos probar su reacción al señuelo. la primera vez fue como una máquina. Se abalanzo hacia él y cuando llegaba lo lance hacia hacia arriba cogiéndole con fuerza. En los días siguientes realice otras veces el ejercicio como otra forma de volarla para que hiciera ejercicio pero noté que la fuerza y el interés decaía por lo que he parado de usarlo. Supongo que estoy haciendo algo mal y tengo que revisar el tema para volver a probarlo porque creo que puede ser un bonito ejercicio para el Harris y para el cetrero.
De momento la estoy volándo únicamente y la verdad es que ha mejorado de forma importante su capacidad de vuelo y su resistencia. Ya os comentaré otro día mis últimas experiencias!!
Un saludo a todos y para los que empecéis o pensáis empezar os recomiendo esta maravillosa experiencia!!
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Re: Diario de un novato
has tardado en continuar tu diario , pero vaya tocho quete has marcao




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- Libros preferidos: La leyenda del aguila de harris
Re: Diario de un novato
Me he leido todo tu diario hasta,ahora y me encanta,leer estas cosas me muchos animos para seguir con mi objetico de un Harris,gracias por estos divertidos textos
Saludos
Saludos
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Re: Diario de un novato
Durante la muda estaba preocupado porque cuando recibí a Curra me parecía que tenía el pico un poco largo. Durante la muda este fue creciendo y la verdad es que a finales de julio se notaba claramente que la parte de abajo rozaba con la de arriba y estaba tan encorbado y puntiagudo que se le quedaba clavado trozos de carne o enganchado algún hueso.
No sabía que hacer por lo que busque por Santander (donde estaba pasando las vacaciones) algún cetrero por la zona. Al principio no lo encontré pero vi que había una feria de cetrería en Argüeso y decidí ir allí con la familia a ver el tema y aprovechar para preguntar sobre el pico de mi Curra.
Cuando llegamos para allí la verdad hacía un tiempo malísimo: nublado, chispeando, frío y con fuerte viento. Pero nos llevamos una grata sorpresa al ver que todo estaba organizado dentro del castillo restaurado (muy bien por cierto).
Dimos una vuelta por los stands, compramos un libro sobre cetrería, un guante y unos productos de la tierra (deliciosos) y vimos el espectáculo.
La verdad es que el espectáculo fue un poco decepcionante, tanto para mi como para mis hijos (también el lugar era un poco pequeño al ser el patio del castillo y fuera el viento arreciaba. Sin embargo de cada situación hay que sacar el mejor partido y como tenía previsto me acerque al cetrero (Hans se llamaba y venía de Amsterdam) y enseñámdole una foto del pico de Curra que había tomado por la mañana me confirmo lo evidente (que para un novato no siempre lo es).
Aproveché para preguntarle como cortarselo y aquí es donde viene la parte realmente interesante para mi porque me propuso un sistema del que no había oído hablar ni leído!!
Me aconsejo que en vez de usar la técnica de sujetar al águila con una tela mientras otro le corta el pico, lo hiciera de esta otra forma:
* cojes al águila en tu guante y cuando esta tranquila
* cojes un corta uñas tipo alicates o unos alicates pequeños que corten bien y empiezas a tocarle las garras con ellos, luego la plumas del pecho y por último el pico. Todo muy pausado, de forma muy tranquila y escalonada. Pudiendo ser en función de la reacción del águila en varias sesiones o días
* una vez que el águila esta acostumbrada a la herramienta y ni se inmuta cuando le tocas el pico, lo cortas a la altura deseada (conveniente) cuidando de cortar más bien de menos que de más ya que sino llegarías a la zona sensible e irrigada. Hay que hacer el corte con decisión una vez tomas la decisión para que dure una fracción de segundo.
* aunque no quedase el pico afilado no me debía preocupar porque ya se iría afilando solo.
Ni corto ni perezoso en cuanto volví a casa me puse a ello. Como siempre con los temores normales ante un nuevo reto sin referencia práctica y decidido a ir pasito a pasito y sólo pasar a la etapa siguiente si no había ninguna duda.
Para empezar no tenía pequeños alicates así que entre las herramientas cogí la mejor opción: unas tijeras de mano de podar nuevecitas perfectamente afiladas y ajustadas (sin absolutamente ninguna holgura) y empecé con la fase de aceptación muy poco a poco.
Después de una hora el águila apenas reaccionaba a su proximidad. Hasta tocaba el pico con las tijeras abiertas en posición de cortar y ella lentamente retiraba el pico. Decidí que era el momento de ponerse a ello!! Así que me lance.
Hice un primer corte muy en la punta de prueba y el águila no reacciono. Tranquilidad absoluta. Así que despues de unos 5 minutos de nuevos toqueteos le hice el corte definitivo. Tampoco hubo ninguna reacción. Todo perfecto excepto una cosa:
con este tipo de tijeras el pico es como mermelada no hace falta ningún esfuerzo (lo que es perfecto para hacer el trabajo rápido) pero es mucho más dificil ajustar bien la altura a la que quieres cortar el pico por lo que en este caso se quedó más corto de lo previsto. Menos mal que me había planteado un margen.
Como siempre digo, esta es una experiencia más que comparto con vosotros y en ningún caso es una recomendación para ninguno de vosotros.
La verdad es que para mi funcionó perfectamente y el águila no sufrió absolutamente ninguna tensión al ser el corte cuestión de décimas de segundo y sin inmobilizarla.
Por cierto, lleva casi 4 semanas con el pico cortado y ya se le va afilando sin necesitar de hacerle la "picocura"!!
Un saludo,
Hugo.
No sabía que hacer por lo que busque por Santander (donde estaba pasando las vacaciones) algún cetrero por la zona. Al principio no lo encontré pero vi que había una feria de cetrería en Argüeso y decidí ir allí con la familia a ver el tema y aprovechar para preguntar sobre el pico de mi Curra.
Cuando llegamos para allí la verdad hacía un tiempo malísimo: nublado, chispeando, frío y con fuerte viento. Pero nos llevamos una grata sorpresa al ver que todo estaba organizado dentro del castillo restaurado (muy bien por cierto).
Dimos una vuelta por los stands, compramos un libro sobre cetrería, un guante y unos productos de la tierra (deliciosos) y vimos el espectáculo.
La verdad es que el espectáculo fue un poco decepcionante, tanto para mi como para mis hijos (también el lugar era un poco pequeño al ser el patio del castillo y fuera el viento arreciaba. Sin embargo de cada situación hay que sacar el mejor partido y como tenía previsto me acerque al cetrero (Hans se llamaba y venía de Amsterdam) y enseñámdole una foto del pico de Curra que había tomado por la mañana me confirmo lo evidente (que para un novato no siempre lo es).
Aproveché para preguntarle como cortarselo y aquí es donde viene la parte realmente interesante para mi porque me propuso un sistema del que no había oído hablar ni leído!!
Me aconsejo que en vez de usar la técnica de sujetar al águila con una tela mientras otro le corta el pico, lo hiciera de esta otra forma:
* cojes al águila en tu guante y cuando esta tranquila
* cojes un corta uñas tipo alicates o unos alicates pequeños que corten bien y empiezas a tocarle las garras con ellos, luego la plumas del pecho y por último el pico. Todo muy pausado, de forma muy tranquila y escalonada. Pudiendo ser en función de la reacción del águila en varias sesiones o días
* una vez que el águila esta acostumbrada a la herramienta y ni se inmuta cuando le tocas el pico, lo cortas a la altura deseada (conveniente) cuidando de cortar más bien de menos que de más ya que sino llegarías a la zona sensible e irrigada. Hay que hacer el corte con decisión una vez tomas la decisión para que dure una fracción de segundo.
* aunque no quedase el pico afilado no me debía preocupar porque ya se iría afilando solo.
Ni corto ni perezoso en cuanto volví a casa me puse a ello. Como siempre con los temores normales ante un nuevo reto sin referencia práctica y decidido a ir pasito a pasito y sólo pasar a la etapa siguiente si no había ninguna duda.
Para empezar no tenía pequeños alicates así que entre las herramientas cogí la mejor opción: unas tijeras de mano de podar nuevecitas perfectamente afiladas y ajustadas (sin absolutamente ninguna holgura) y empecé con la fase de aceptación muy poco a poco.
Después de una hora el águila apenas reaccionaba a su proximidad. Hasta tocaba el pico con las tijeras abiertas en posición de cortar y ella lentamente retiraba el pico. Decidí que era el momento de ponerse a ello!! Así que me lance.
Hice un primer corte muy en la punta de prueba y el águila no reacciono. Tranquilidad absoluta. Así que despues de unos 5 minutos de nuevos toqueteos le hice el corte definitivo. Tampoco hubo ninguna reacción. Todo perfecto excepto una cosa:
con este tipo de tijeras el pico es como mermelada no hace falta ningún esfuerzo (lo que es perfecto para hacer el trabajo rápido) pero es mucho más dificil ajustar bien la altura a la que quieres cortar el pico por lo que en este caso se quedó más corto de lo previsto. Menos mal que me había planteado un margen.
Como siempre digo, esta es una experiencia más que comparto con vosotros y en ningún caso es una recomendación para ninguno de vosotros.
La verdad es que para mi funcionó perfectamente y el águila no sufrió absolutamente ninguna tensión al ser el corte cuestión de décimas de segundo y sin inmobilizarla.
Por cierto, lleva casi 4 semanas con el pico cortado y ya se le va afilando sin necesitar de hacerle la "picocura"!!
Un saludo,
Hugo.
Hugo