Tus ojos no se cansan de contemplar mi ascenso,
y es que tu voluntad no tiene limites,
ni tampoco mis alas,
me alejo de tu mano fragante de ternura,
y el silencio se vuelve anéona en tu gesto.
No sabes con certeza si escogeré tu voz
o el sabor de la altura,y aun así
me dejas libre y te amo.
Prefieres que me pierda en la altura a sentirme sumisa.