Yo te puedo decir, y llevándole la contraria a Rafa (espero que me perdone;)), que un no troquelado, en mi caso, ojo!!, una vez hecho es una maravilla y un dulce si se compara con un troquelado, al menos con un troquelado de primer año que suele tener esas manías un poco insoportables típicos de estas aves (cubrir, piar, agresividad hacia tí. etc).
Los que manejan improntados ya con varias mudas te podrán dar opiniones diferentes a la mía, que estoy seguro que esos gavilanes no se parecen en nada a su primer año y se centran más, dejan de piar y pierden esas manías en gran medida, por lo que pienso que finalmente se llega con ambos (troquelados y no troquelados), a un punto muy similar de caracter y comportamiento, sólo que unos parten con la cabeza loca por la impronta, y otros con la cabeza loca por la desimpronta.
De las desventajas que supuestamente tienen los no troquelados, la más importante o la que más echa para atrás a la gente, la llamada al puño y el contacto con el cetrero, pienso que puede depender en mayor medida de muchos otros factores muy importantes independiéntemente de que sea o no improntado.
Te pongo un ejemplo a cuenta de este tema de la llamada que ves por ejemplo en el vídeo de gavilanes, no recuerdo el título del vídeo, pero era rodado en Mallorca. Tienes ahí un claro ejemplo de gavilanes que no acuden al puño ni a la de tres, en mi opinión por ir siempre a recogerlos o acercarte a ellos siempre cuando no acuden inmediátamente...concretamente se vé un gavilán que no quiere bajar de un pequeño árbol ni al señuelo.
Muy importante creo que es no acostumbrar al pájaro a que tú eres quien lo recoje siempre, y hacer justo lo contrario mientras se pueda.
Piensa que a él no le cuesta ningún esfuerzo batir tres veces las alas para llegar al puño, pero si le metes en la cabeza que vas a recogerlo, se volverá súmamente cómodo y flojo y se ahorrará el esfuerzo por mínimo que sea.
Yo este año tengo a la gavilana (no improntada), a un nivel de confianza en el puño que vuelve a él muchas veces sin tocar el suelo y sin posarse en árboles con un simple silbido, como un troquelado en su primer año cuando son súmamente pegajosos.
Para mí, desde mi modesta opinión, desventajas de mala llamada al puño no tendrás con un gavilán no improntado al que le hayas dedicado el tiempo que necesita...eso sí, que para llegar a afinar al pájaro en cuanto a mansedumbre y buenas reacciones en el campo lo vas a tener que sufrir mucho más que con un improntado, y tampoco tendrás tanto margen en el peso, aunque no creo que se pueda generalizar demasiado y habrá casos para todos los gustos.
Algunas conclusiones que he sacado en mi corta experiencia manejando gavilanes han sido esas, y en general, se podría resumir que si no quieres muchos problemas extras ni complicaciones de más, mejor un troquelado, pero si tienes tiempo y dedicación y eres un poco anti-impronta, un no troquelado es todo un dulce y será justo lo que buscas (dentro de lo que cabe claro

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Salu2.