pero no todos lo conseguían….
El día concluido había estado lleno de emociones y lances, lances que ahora en el silencio de la noche se repetían una y otra vez en la mente acelerada del Gavilanero, cada finta y cada regateé provocaban una nueva vuelta entre las sabanas, no podía evitar volver a sentir la rabia de cada lance fallido, una rabia carente de egoísmo o de fracaso, una rabia llena de retos y esperanzas, retos de vencer de nuevo a la presa que lucha con valentía por su vida, esperanzas de ser capaz de superar de nuevo la dura prueba que cada día le plantea el campo, una y otra vez los lances se repiten y de nuevo la mente es incapaz de darse por vencida… “en aquel lance debería haber soltado antes y en ese otro lo debería haber abordado desde el otro lado”… el Gavilanero se imagina a su aliada en la soledad de la muda y sabe que en la mente de su compañera se suceden los mismos lances y se buscan las mismas soluciones… que larga se hace la noche , las dudas hacen presa de los pensamientos y el Gavilanero teme haber sido demasiado exigente con su aliado y piensa si no debería haber cebado al pájaro pues sin duda avía puesto el alma como siempre en cada lance, aunque sin conseguir el éxito, ahora se le antojaba poco al Gavilanero la reducida ceba que el instinto cetrero le había indicado que tenia que suministrar al pájaro para que pasara la noche, las dudas le hacen levantarse de nuevo y asomarse a la ventana para analizar el frió de la noche, pero el instinto le dice que todo esta bien y que el pájaro descansa en su resguardada muda recuperando fuerzas para el amanecer de un nuevo día.
Que larga se hace la noche……….
El Gavilanero no recuerda cuando consigo por fin dormirse, tan solo sabe que la noche esta llegando a su fin cuando de nuevo se despierta, el reloj le dice que la hora a llegado y que tiene una cita con el amanecer a la que no piensa llegar tarde. Mientras recoge sus preciados aparejos dejados la noche anterior en prefecto orden, su mente sigue inmersa en lances, pero esta vez los lances no son los lances fallidos ayer, los lances que se suceden ahora en su mente son los lances que el nuevo día promete…
Sale a la calle y el silencio todavía reina en la noche, en segundos y sin pensar conscientemente en ello a analizado el día que hace, el viento, el frió, el cielo… en su mente solo existen los recovecos de su conocido cazadero y los regatees y las fintas de las presas.
En la muda encuentra a su aliada esperándole y las dos miradas se cruzan sabiendo que el campo les aguarda, realmente el Gavilanero siente, que puede percibir en cada movimiento, en cada gesto de su pájaro una comunicación que esta mas allá del conseguido con el lenguaje o con cualquier otro medio, se comunican a través del instinto como si estuvieran unidos por unos genes compartidos. Son cazadores, son guerreros y una sola mirada entre ellos les dice lo que necesitan saber, se tienen el uno al otro y con eso les basta, no necesitan nada ni nadie, el campo espera.
El Gavilanero conduce en las carreteras desiertas mientras observa receloso la línea del horizonte, no quiere llegar tarde a la cita … Ya en el lugar habitual donde siempre deja el coche , prepara todo con movimientos mecánicos…” corta las picadas que le ira dando al pájaro mientras vuelan, revisa el emisor que sabe que le llevarla pájaro en caso de que algo perturbe la tranquilidad que alcanzan cuando los dejan tranquilos, encarna el señuelo y comprueba que la codorniz de escape, que sabe que es el ultimo y mas poderoso estímulo que le devolverá el pájaro en caso de extravió, se encuentra perfectamente en su porta escapes” … Mientras el gavilán escucha todos estos conocidos sonidos que preceden el vuelo de cada día y los nervios le hacen piar con un lamento impropio de un pájaro mudado y curtido en muchas batallas.
Gavilán y Gavilanero esperan el rojo amanecer en lo alto del talud del conocido rió, no dicen nada no se agitan, tan solo esperan, a que el astro sol les bendiga con su luz y su energía…
Hoy sin duda será nuestro día……………
"A los cetreros"
JUANSE
